Entre las peores pesadillas de los redactores, además de encontrar el apagado del ordenador sin haber guardado un escrito, encontramos el síndrome del temido folio en blanco. No, no es que tengamos miedo a ver un folio en blanco, sino a la incapacidad momentánea de escribir en él. Hay que aprender a ver el folio en blanco como una oportunidad para dar rienda suelta a nuestra creatividad.

Esto surge por un millón de motivos: desde que tengamos un mal día, inapetencia, cansancio, desconocer el tema sobre el que tenemos que escribir, etc. Las causas del folio en blanco son múltiples, pero también hay soluciones para poder abordar al folio sin miedo.

Relax. Parece algo obvio, ¿no? Angustiarse y ponerse de los nervios paralizan las palabras en lugar de dejarlas fluir. Esto hay que aplicarlo incluso en aquellos casos en los que estemos ante escritos que haya que entregar ya.

Investigación. Vale, a veces hay que escribir sobre temas sobre los que no tenemos mucha soltura. Pero a ver, estamos en la era digital. Podemos buscar toda la información que queramos en un par de clics y sobre cualquier tipo de tema. Pasar las horas buscando en enciclopedias (o en la Encarta) ya no es necesario.

Despejar. Al igual que cuando no conseguimos dormir y estar en la cama dando vueltas no sirve nada, pasa lo mismo cuando tenemos un folio en blanco enfrente. No vamos a arreglar nada sentados en la silla pensando que tenemos que comprar leche mientras el folio se ríe de nosotros en nuestra cara. Levántate, date una vuelta y despéjate.

Distracción. Puede parecer una tontería pero forma parte del conjunto “despeja tu mente”. Si por ejemplo estamos en el trabajo y no podemos salir a dar una vuelta porque la mirada de nuestro superior está en la nuca (si, así, sin presión), podemos tomarnos unos minutos de distracción leyendo el periódico o cualquier tipo de publicación. Cuando más chorra sea la información mucho mejor, ya que el humor nos ayudará a relajarnos.

Espontaneidad. Otro método que suelen utilizar los escritores es escribir lo primero que se les pase por la mente, aunque no tenga mucho sentido. Algo así como cuando hacemos un brainstorming.

No forzar la situación. La creatividad no surge porque hoy es hoy, así que el claim de nuestra vida puede surgir en cualquier momento. Por eso, debemos estar dispuestos a escucharlo y a no forzar su aparición.

Confianza en uno mismo. Esto es esencial. El creer que el folio en blanco no se va a quedar así eternamente y que seremos capaces de llenarlo.