La privacidad y la ética en las redes sociales

¿Hemos perdido el norte exponiendo TODO?

Las redes sociales nos han abierto todo un mundo a la hora de comunicarnos. La comunicación derivó en contar todo absolutamente todo lo que sucedía en el día a día de nuestra rutina. Ya fuera por poner los dientes largos con viajazos, por subir el azúcar con nuestra relación perfecta, ser lo más hater posibles, enseñar nuestro desayuno, etc.

Cualquier tipo de contenido y relato vale. Porque para qué nos vamos a engañar: somos unos cotillas desalmados y nos encanta el chismorreo.

Todas las publicaciones son lícitas. Cada uno es libre de subir a sus redes sociales lo que le de la real gana (sin cruzar las líneas que todos conocemos). Aunque cada vez se pueden ver ciertos contenidos que son ciertamente polémicos. ¿Estamos dispuestos a vender nuestra privacidad al mejor postor por algunos likes?

Podemos seducir a nuestros usuarios con publicaciones inéditas, originales, frescas, de calidad… sin tener que contar las veces que vamos a cuarto de baño o sacar fotos de nuestros familiares enfermos o fingir que ha pasado algo para que la gente se apiade de nosotros. La falta de ética siempre ha existido pero ahora es cuando la vemos aflorar con mayor facilidad.

Desde una perspectiva profesional, el uso de las redes sociales es un regalo, y un regalo de uso libre. Pero puede que no sea buena idea exponer a bombo y platillo los datos más íntimos de un mundo privado en que el mundo entero no tiene por qué entrar. ¿O si?

Atropellos por hacerse selfies, accidentes de tráfico por ir documentando un stories, caídas dentro de fuentes por ir consultando el móvil… tenemos unos cuantos ejemplos para aprender y tener un poco más de cuidado. Accidentes que se pueden convertir en una tragedia personal y externa.

Publicado el 29 noviembre, 2017 en Marketing, Publicidad, Redes Sociales, Social Media

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