El denominado derecho al olvido es una de las reclamaciones más polémicas de los últimos tiempos en lo que a Internet se refiere y, hasta el momento no había habido ninguna sentencia aclaratoria que inclinara la balanza hacia ninguno de los afectados: por un lado, particulares y empresas que reclaman que se elimine algún tipo de información personal de la Red, y por otro, los buscadores que evitan responsabilizarse de esto alegando libertad de expresión.

Según la AEPD (Agencia Española de Protección de Datos), el «derecho al olvido hace referencia al derecho que tiene un ciudadano a impedir la difusión de información personal a través de Internet cuando su publicación no cumple los requisitos de adecuación y pertinencia previstos en la normativa».

El caso que ha sentado precedentes es el de un ciudadano, que tras buscar su nombre en Google, encontró el enlace a un diario de gran tirada, en el que aparecía una información de 1998 sobre el embargo de un inmueble de su propiedad por impago; una información que nuestro protagonista reclamaba a Google que fuera eliminada de sus resultados. La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, a favor del demandante, estima que cualquier ciudadano (no empresas o gobiernos) tiene derecho a exigir la modificación o eliminación de sus datos personales de los motores de búsqueda, siempre y cuando esta información suponga un perjuicio grave para los derechos del afectado.

Google es el buscador más utilizado en Europa (el 95% de internautas lo prefieren frente a otros buscadores); sin embargo, al ser una compañía estadounidense, siempre que se le han puesto quejas de este tipo, se ha amparado en que no tiene porqué cumplir las normativas de la Unión Europea; y sobre todo alegando su derecho a la libertad de expresión por encima de todo; además de argumentar que ellos no tienen ninguna responsabilidad sobre los contenidos que muestran, ya que se limitan a indexar páginas y facilitar al usuario el acceso a la información, no a generarla, independientemente de si está desfasada, es errónea o de si refiere a un alto cargo, a un ciudadano o a un criminal.

Lo que está claro es que las leyes se deben actualizar y adaptarse a los cambios tecnológicos que vivimos, ya que la protección al usuario no puede ser la misma en la vía pública que en los diferentes canales de la Red porque los peligros tampoco son los mismos. Y que al ser un medio de comunicación sin límites territoriales, no tiene mucho sentido que existan diferencias entre las normativas europea y estadounidense, ya que en este caso, todos deberíamos estar en el mismo bando.

Desde hace ya algún tiempo, y a raíz de reclamaciones de este tipo, están surgiendo en España algunas empresas cuya función es precisamente la de conceder a los usuarios y empresas el derecho al olvido mediante la eliminación de información en cierto modo perjudicial para ellos de Internet. Entre sus clientes se encuentran desde particulares a empresas pasando por políticos o víctimas de la prensa rosa. Con una simple búsqueda en Internet puedes encontrar empresas como borrame.es, eprivacidad.es, borrarmisdatos.es, o eliminalia.com. Las soluciones que ofrecen pasan por intentar borrar todo rastro de esa información siempre que sea posible, incluso hacerlo bajo notario, pero en otros casos lo que hacen es crear contenidos nuevos para que los resultados no deseados pasen a ocupar al menos la quinta página del buscador.

Los ciudadanos anónimos que se ven afectados por informaciones que permanecen en Internet son muchos. Y poca gente conocía hasta ahora la posibilidad que te ofrecen estas empresas de eliminar información pero, desde la citada sentencia, los clientes de estas empresas han aumentado considerablemente. Pero son estas empresas quienes deciden al fin qué clientes cogen o no, es decir, qué borran y qué no; incluso dicen que ha habido casos que no han aceptado por parecerles “casos ilegales”.

Existían ya muchos casos de personas que habían recurrido a la vía judicial para intentar corregir algunos datos personales que aparecían erróneamente en la Red, pero la mayoría estaban paralizadas sin obtener sentencia, prevaleciendo el derecho a la información frente al derecho a la intimidad; por lo que la resolución del Tribunal, sienta precedentes y jurisprudencia.

Tras conocerse el fallo, Google trabaja en el desarrollo de una herramienta que permitirá a los usuarios acogerse al llamado “derecho al olvido” en Internet. ¿Qué datos personales te gustaría borrar en Google?

Foto: Patrick Barry (CC Flickr).

Foto: Alexei Kuznetsov (CC Flick).