¿Cómo hacer una buena propuesta de Social Media?

Uno de los retos que normalmente se plantea a los profesionales del mundo del marketing, especialmente al ámbito que nos compete que es el Social Media, es el hacer propuestas. El destinatario de estas propuestas, o bien puede ser un posible nuevo cliente que desea conocer qué podemos hacer por él a nivel estrategia digital o un cliente que ya tenemos al que le podemos ofrecer algo más.

Hoy vamos a hablar de una propuesta para un nuevo cliente de Social Media. ¿Qué debemos tener en cuenta para hacer una buena propuesta?

Saber quién es el cliente. Una investigación previa nos ayudará a saber con quién estamos trabajando: su público, su actividad, y por lo tanto qué acción y canales son los más adecuados para él.

Esto no es un cajón de sastre. Aquí no vale el todo es para todos. No podemos ofrecer todo a un cliente si no pensamos que realmente funcionará. A veces queremos que un cliente acepte todas las acciones y servicios habidos y por haber, pero antes hay que pensar en lo más óptimo.

Plantearse unos objetivos realistas. Unido a lo anterior, puede ser seductor decirle al potencial cliente que le vas a conseguir la luna (o no tener spoilers de Juego de Tronos un lunes por la mañana), pero no se puede prometer algo que no se sabe si se cumplirá. En el mundo del Social Media no podemos dar nada por hecho, y esto hay que dejarlo claro desde el primer momento.

Elegir adecuadamente la estrategia. Por supuesto, una vez realizado el análisis, tendremos una idea de qué estrategia es la más óptima. Por ejemplo, qué canales son los más adecuados (redes sociales, blog…), si es necesario invertir en publicidad y qué tipo de campañas, etc.

Cuidado con contar demasiado. También es tentador que por querer ganar un nuevo cliente, le contemos demasiado en una propuesta. Como su nombre indica, es una propuesta, así que le facilitaremos la idea que tenemos de cómo potenciar su marca a nivel digital, no le daremos todo el trabajo hecho para que luego lo haga él por su cuenta y nos quedemos compuestos y sin cliente. Ante este problema, una propuesta muy elaborada requiere un pago previo, como hacen algunas marcas para cierto tipo de concursos.

Ser claros y saber responder al por qué. Todo tiene que tener una razón. Hay quien puede tener reticencia a contratar el servicio de Social Media de una agencia de marketing por la eterna obsesión de que eso “puede hacer cualquiera”. Pues no, no lo puede hacer cualquiera y es lo que tenemos que tratar de demostrar.

Conocer bien nuestra propuesta. Hay que leerla, releerla, y volver a leer. ¿Qué cara se nos quedaría si no supiéramos defender algo o se nos ha colado algún error?

No enrollarse. No estamos escribiendo la Biblia. Está demostrado que nuestro nivel de concentración tiene un límite, ¿y si estamos contando lo más interesante al final después de 500 slides? Tendremos a un interlocutor utilizando las gafas de Homer Simpson para dormitar en público.

Una imagen vale más que mil palabras. La presentación, además de tener un contenido interesante, deberá tener un diseño limpio y atractivo, no un caos en el que no se entienda nada. Por supuesto, este diseño irá en función de si habrá presentación o de si el potencial cliente lo leerá por su cuenta. En este último caso podemos añadir un documento extra explicando algunos concepto o datos que puedan resultar confusos.

Ser nosotros mismos y dar una imagen seria, de trabajo y con conocimiento.

Publicado el 9 agosto, 2017 en Creatividad, Marketing, Publicidad online, Redes Sociales

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